8. RELACIÓN CON JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
La relación de Marga Gil Roësset y Juan Ramón Jiménez es una historia de amor imposible, una joven enamorada de un señor casado. Tanto amor sentía por él que esto acabó con su vida.
En 1932 me presentaron a Juan Ramón Jiménez y a su esposa de la cual soy una gran admiradora, en ese momento quedé enamorada del poeta, al mismo tiempo que decidía hacerle un busto a mi admirada Zenobia (su mujer). Establecí un buena y bonita amistad con el matrimonio.
Mientras trabajaba en su casa el busto de Zenobia, mi amor hacía él aumentaba, hasta el punto de llagar a obsesionarme, pero mi amor hacia Juan Ramón no era correspondido.
Mientras trabajaba en su casa el busto de Zenobia, mi amor hacía él aumentaba, hasta el punto de llagar a obsesionarme, pero mi amor hacia Juan Ramón no era correspondido.
A lo largo de mi vida he plasmado mi deseo de amor hacia Juan Ramón Jiménez en unas hojas de la carpeta amarilla que posteriormente he decidido que le voy a entregar.
Justo antes de morir (mi muerte fue causada por la falta de confianza, por mi juventud y el amor imposible que siento hacía Juan Ramón Jiménez) le entregué a Juan Ramón la carpeta amarilla, pidiéndole que no la leyese en ese momento. Dentro de la carpeta , él encontró mi diario, el diario de una joven ilustradora y escultora, en el que confesaba mi amor por el poeta. La última anotación que hice en mi diario fue la siguiente:
«... Y es que... Ya no quiero vivir sin ti... no... ya no puedo vivir sin ti... tú, como sí puedes vivir sin mí... debes vivir sin mí...», «Mi amor es ¡infinito...... La muerte es... infinita... el mar... es infinito... la soledad infinita... ... ... yo con ellos... ¡contigo!... Mañana tú ya sabes... yo... con lo infinito... lunes, noche», «Pero en la muerte, ya nada me separa de ti... solo la muerte... ... solo la muerte, sola... y, es ya... vida ¡tanto más cerca así... ... muerte... cómo te quiero».
Juan Ramón Jiménez quedó impresionado por el hecho, al que dedicó varios poemas, y me consagró una de las semblanzas literarias contenidas en sus Españoles de tres mundos.
En 1932 él quiso rendirme homenaje publicando un manuscrito de mi diario, pero no pudo ser posible. Muchos años después del mi suicidio y de la voluntad de Juan Ramón Jiménez, ese deseo del poeta se convierte ahora en realidad. Se titula Marga. Edición de Juan Ramón Jiménez y está editado por la Fundación José Manuel Lara.
También dejé una nota a Zenobia (esposa de Juan Ramón Jiménez) donde expresaba mi amor hacia el importante poeta, mi desesperación y le pedía perdón por enamorarme de su marido.
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