1. LAS SIN SOMBRERO
Las Sinsombrero es el nombre por el que somos conocidas un grupo de mujeres pensadoras y artistas españolas pertenecientes a la generación del 27 nacidas entre 1898 y 1914.
El nombre de "Las Sinsombrero" viene de una anécdota en el Madrid de los años 20, que nos relata Maruja Mallo de la siguiente manera “Un día se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que parecía que estábamos congestionando las ideas y, atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo”. Esta actitud transgresora pretendía romper la norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza, liberar las ideas y las inquietudes. El mismo Borges se hizo eco de esta práctica en su artículo “Los intelectuales son contrarios a la costumbre de usar sombrero”.
El origen del nombre "Las Sinsombrero" para denominarnos a las mujeres pertenecientes a la Generación del 27 viene del proyecto transmedia del mismo nombre creado por Tània Balló Colell, Serrana Torres y Manuel Jiménez Núñez que tomaron la anécdota contada por Maruja Mallo para dar nombre al proyecto que acabaría denominando a estas mujeres.
En plena dictadura de Primo de Rivera, en una España todavía cerrada y de espaldas al mundo, este gesto, quitarse el sombrero, nos convirtió en rebeldes, especialmente a nosotras, las mujeres. Para nosotras, prescindir del sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por tanto, no conformarse con el papel de esposas y madres.
Madrid fue la ciudad donde la gran mayoría residimos, estudiamos y desarrollamos nuestra actividad artística. Abiertas a nuevos conceptos de modernidad y a las corrientes de vanguardia que provenían de Europa, fuimos también las recuperadoras de la tradición popular. Profundamente comprometidas con nuestro tiempo y nuestra realidad social, nuestra actitud fue rompedora y abierta, transformando el panorama cultural y artístico de una España convulsa.
Nuestras aportaciones están todavía poco estudiadas y, en su gran mayoría, han quedado al margen de las antologías y los manuales de arte y literatura hasta vuestros días, aunque desarrollamos una actividad constante y destacada en campos tan variados como la escritura, la pintura, la escultura, la ilustración o la filosofía.
LAS SINSOMBRERO EN LA ACTUALIDAD
Como decía Tània Balló, “sin ellas, la historia no está completa”.
Nosotras os presentaremos a marga ;

Marga Gil Roësset, fui una niña prodigio, un genio. Educada, junto a mis hermanos, en un ambiente que potenciaba el desarrollo intelectual y artístico, destaqué a temprana edad como dibujante. Me interesé por la escultura, donde demuestra gran maestría en el manejo de los materiales y un estilo personal con gran fuerza. Mi vida se truncó muy pronto, me suicidé a los 24 años. Mi obra permaneció en el ámbito familiar, envuelta en el halo de dolor que provocó mi muerte. Mi faceta de poeta se conoce mucho después, cuando se decide publicar mi diario dedicado al amor imposible a Juan Ramón Jiménez, que escribí durante las últimas semanas que precedí a mi suicidio.
Soy una artista desconocida que merece ocupar un lugar destacado en la Generación de principios del siglo XX, al igual que mis compañeras de generación: Las Sinsombrero, que nos vimos apartadas y silenciadas de la historia artística del país a causa de la Guerra Civil y la posterior Dictadura Franquista.
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